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Los odontólogos usamos la ortodoncia para estudiar, prevenir, diagnosticar y tratar las anomalías en la forma y posición de los dientes o las estructuras óseas maxilofaciales. ¿Para qué? Para corregirlas evitando los problemas derivados de una mala posición de los dientes y mantener así la mordida y la sonrisa saludables y armónicas.
Vayamos paso a paso. Primero, es indispensable realizar un estudio inicial del caso por parte de un odontólogo especializado. Para ello, hacemos pruebas y registros físicos, así como radiografías frontales y laterales.
Llegados a este punto, es importante saber que los tratamientos de ortodoncia pueden hacerse de dos formas, según el tipo de fuerzas que haya que aplicar:
Ortodoncia fija: Hecha por una serie de elementos adheridos de forma fija a los dientes (brackets, bandas o tubos), unidos por un arco de aleación metálica mediante ligaduras.
Cada vez son más los pacientes que quieren mejorar su sonrisa y su oclusión sin que ello suponga empeorar su estética dental durante el tratamiento, por lo que contamos con técnicas de ortodoncia fija estética que nos permiten alinear y colocar correctamente las piezas dentales siendo a su vez, prácticamente imperceptible en la sonrisa del paciente durante el tiempo del tratamiento.
Ortodoncia removible: A diferencia del caso anterior, los pacientes pueden quitárselo de la boca, por ejemplo, durante el cepillado y las comidas. Estos aparatos no suplen a la ortodoncia fija pero, de forma sencilla, algunas malas oclusiones. Se utilizan sobre todo como tratamiento durante los dientes de leche (temprana o infantil), donde algunos problemas diagnosticados a tiempo pueden llegar a corregirse, hasta tal punto de que el tratamiento en los dientes permanentes sea muy específico o incluso innecesario.
El tratamiento estándar dura entre 18 y 24 meses. La duración depende de la edad, la dificultad del caso particular y la buena disposición del paciente a la hora de seguir las instrucciones de su odontólogo.
Sin embargo, gracias al estudio inicial que realizamos, podemos prever cuál será el tiempo requerido y qué tipo de aparato habrá que usar.
El tratamiento de ortodoncia suele iniciarse entre los 8 y los 14 años porque es en esta edad cuando es más fácil mover las piezas dentales para conseguir una correcta oclusión.
Sin embargo, cualquier persona de cualquier edad puede ponerse una ortodoncia. Los dentistas recomiendan realizar una evaluación a la edad de 7 años para poder aplicar tratamientos preventivos en vez de correctivos.
Por supuesto que sí. Los adultos también pueden beneficiarse de la ortodoncia para corregir la alineación, los espacios, el apiñamiento o los problemas de mala oclusión.
El procedimiento es básicamente el mismo a cualquier edad. La única diferencia es que suele durar un poco más en las personas adultas debido a que sus huesos faciales no se encuentran en fase de crecimiento.
En algunas ocasiones y debido a la falta de espacio necesario para la alineación, puede ser preciso extraer alguna pieza dental.
Sin embargo, gracias a nuestra técnica de ortodoncia, son muy pocos los casos en los que es necesario extraer piezas dentales para corregir de forma óptima la alineación y oclusión de nuestros pacientes.
Una vez colocada la ortodoncia correspondiente, por regla general, es necesaria una visita al mes. En Dentarium contamos con un horario amplio y flexible para que resulte muy cómodo acudir a las citas tanto a los adultos como a los más pequeños.